Somos personas que hemos nacido en este, nuestro hermoso y un poquito catastrófico país, como alguna vez escuché comentar a Augusto Álvarez-Rodrich, lo que en Suiza, como escenario político, sucedería en 10 años, aquí pasa en unos días. Este comentario es una muestra de cómo nuestras decisiones son vitales para la administración de nuestros bienes, cómo de alguna manera dejamos de ser víctimas y nos convertimos en cómplices de las barbaridades que ahora vemos en nuestro escenario político.
Para Sartori (1992; cit por Llamazares, s.a.) la democracia es un ideal inalcanzable que debe ser creído para su subsistencia. Define a la democracia liberal como un sistema político basado en el poder popular: la titularidad del poder pertenece al pueblo mientras que su ejercicio es confiado a los representantes periódicamente elegidos por el pueblo. Sus elementos constitutivos son el pluripartidismo (dar respuesta a dos necesidades: libertad e igualdad) y mayoría y minoría (no es un poder absoluto, exige respeto a los derechos de las minorías, la conflictividad a que ésta puede conducir).
Pero como pueden ver, el elegir a nuestros representantes es sólo una parte de lo que llamamos democracia, está también el acceso a la información pública, la participación ciudadana y muchos aspectos más que mejor lo tocaremos en los próximos post.
Por otro lado, es lamentable que la juventud actual y posiblemente, nuestros dos millones de electores nuevos para esta campaña electoral, presenten un interés nulo en los asuntos políticos: 42.5% presentan muy poco interés, 26% algo de interés y 7% mucho interés, según estudios del Jurado Nacional de Elecciones en el 2012.
Esta es el escenario para esta campaña municipal que ya está encima de nosotros: 21 millones 322 mil 599 electores, hay un total de 12 mil 692 cargos entre presidentes regionales, alcaldes, consejeros y regidores; postulan 116 mil 252 personas en busca de esos puestos y 11 casos que intentan la re-elección. Estos datos son a nivel nacional, y es cierto no todos conocemos a nuestros candidatos, así que estamos aún a tiempo para revisar sus hojas de vida, ver sus propuestas y pensar en votar en quien deseemos tomando en cuenta estos 6 criterios de una reconocida analista política del Instituto Bartolomé de las casas, Pilar Arroyo; pero comentados a mi estilo personal:
1. Que el candidato realmente viva en el distrito donde quiere postular, pues de esa forma garantiza que conoce las necesidades y sufre las consecuencias.
2. Que sus intereses y sus objetivos se parezcan a los tuyos, si lo que quieres es un distrito más moderno, pues que tu candidato desee lo mismo; si para ti no existe la igualdad cuando no todos cuentan con los servicios básicos, y tu candidato cree lo mismo, elígelo; pero por favor, elige a alguien.
3. En el caso de los que van por la reelección, si ves que ese candidato “progresó” en el cargo: compró carro, casas, de pronto dice haber ganado la lotería, que su negocio prosperó o que fue la herencia de su abuela, no sé; son cosas imposibles de creer, por favor, son gastos que no corresponden con su sueldo edil. Reflexionen, a ésos, no los vuelvan a elegir.
4. Financiación en la campaña: saber quién financia su campaña. Si vienen con mucho dinero: invierte en conciertos, regalos, fosforitos, canastas, bolsas de arroz y azúcar, polos, lapiceritos; hay que tener cuidado, pues tarde o temprano se la van a cobrar. Se la van a cobrar con nuestros impuestos, nuestros fondos, van a querer recuperar lo invertido, ahí viene el “tarjetazo”, la cobranza de favores de los que han invertido en ese candidato, y hasta las mafias. Con esta táctica terminaremos con el proseletismo y diseñarían mejores campañas para convencer a los electores.
5. Trayectoria: saber de dónde viene el candidato, qué opiniones se forman acerca de él; es importante ver sus antecedentes.
6. Equipo de trabajo: como dicen el dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”, revisa quiénes forma su equipo de trabajo; recuerda, una influencia negativa en política, es mortal.
Con esta reflexión y estos 6 criterios básicos, lo que queremos evitar es el voto en blanco; con el voto en blanco lo que haces es apoyar indirectamente a quien menos desearías que gane, tu voto puede hacer la diferencia. Vota responsablemente, pero por favor, quitémonos esa actitud “alpinchista”, pues somos responsables de los escándalos que tanto nos quejamos.